NEVER LOOK AWAY -Nunca dejes de mirar-
 

Director: Florian Henkel Von Donnersmarck

Año: 2018

País: Alemania

Reparto: Sebastian Koch, Tom Schilling, Paula Beer, Lars Eidinger, Rainer Bock, Oliver Masucci

Con la visita a un museo comienza y con la exposición en una galería de arte   concluye esta película, en tiempos lugares y circunstancias muy distintos. Desarrollada de manera cronológica, la cinta arranca en 1937, poco antes del inicio de la segunda guerra mundial, en un pueblo alemán cercano a Dresde, Alemania. Kurt, El protagonista, tiene 5 años y de la mano de su tía Elizabeth empieza a descubrir su gusto por la pintura.

A través de un recorrido por la vida de Kurt, el director nos ilustra sobre los acontecimientos decisivos en la historia de Alemania entre 1937 y 1964, pasando por la devoción de los ciudadanos al partido Nazi, la llegada de la segunda guerra mundial, la post guerra con la división del país entre oriente y occidente y la evolución del régimen socialista en un lado y capitalista en el otro.

La película tiene dos partes muy diferenciadas, la primera es oscura y lúgubre. En ella somos testigos de las pérdidas que sufre Kurt: sus 2 tíos en la guerra, su padre y su querida tía Elizabeth, víctimas de las políticas de abuso y de discriminación de la Alemania de Hitler. En el caso de esta última, el médico Carl Seeband cumple la orden de enviarla a la cámara de gas a causa de sus problemas psiquiátricos pues al igual que las personas mongólicas o los discapacitados son considerados “pacientes cuya vida no debe continuar”. Este doctor va a estar muy presente en la vida del protagonista.

Terminada la guerra en la cual Alemania fue derrotada, Kurt se matricula en la escuela de arte de Dresde, ciudad ubicada en territorio que fue cedido a la antigua Unión Soviética. Tanto la enseñanza educativa como todas las actividades cotidianas están cargadas de ideología; se considera el “realismo socialista” como la única expresión de arte aceptada. “La verdadera libertad sólo puede ser ganada si se pone al servicio de los intereses del pueblo”. Lo demás es calificado como un formalismo decadente y obsceno.

Una vez culmina sus estudios, y muy a su pesar, Kurt se dedica a trabajar en murales representativos del arte que propugna el régimen, los cuales exaltan a los obreros y a los líderes del partido comunista. Descubre el amor a través de Elli, una compañera de la academia, con quien se casa. Ella es hija del médico Carl Seeband, quien estuvo involucrado en la muerte de Elizabeth, la tía de Kurt, pero estas relaciones, que nunca llegan a descubrir los personajes a lo largo de la película, permean la vida de todos ellos. Buena parte de la trama tiene que ver con la forma como hechos aparentemente independientes, se van entrelazando.

Este es un rasgo muy característico del director de esta cinta, quien al igual que en otra de sus películas “la vida de los otros”, termina revelando hechos que son visibles para el espectador, pero desconocidos para sus protagonistas.

Kurt toma la decisión de viajar con Elli a Alemania Occidental, antes de que empiece la construcción del muro que separará a los 2 países. Se establecen en Dusseldorf, donde hay una efervescencia del vanguardismo en el arte y una vez aceptado en la academia de la ciudad, empieza a trabajar en nuevas perspectivas de su oficio.

En esta segunda parte, mucho más colorida y alegre, se presenta un contraste con lo visto anteriormente. Kurt se dedica a buscar un estilo propio, en un entorno de creatividad y de libertad, lleno de propuestas, muchas de ellas excéntricas e incomprensibles, pero que en cualquier caso permiten que las mentes vuelen sin restricciones.

Una conversación con el director de la academia, se constituye en el punto de inflexión para la apertura mental de Kurt. El primero le cuenta su experiencia en la guerra, cuando el avión en el que viajaba fue impactado y casi muere. Fueron los tártaros quienes lo rescataron y salvaron su vida. Un año estuvo bajo su cuidado y sus quemaduras fueron sanadas con grasa y fieltro. “Eso es lo que más recuerdo en mi vida...por eso en mi arte trabajo con grasa y fieltro”. Y lo invita a explorar sus raíces para que su arte refleje autenticidad. Vale la pena mencionar que este recuento y este personaje son un homenaje al artista Alemán Joseph Beuys, quien, habiendo atravesado por esta situación en su vida personal, plantea a partir de ella una concepción ampliada del arte, donde la construcción fuera más importante que la obra finalizada, “Todo el mundo es un artista”.

Con estas reflexiones, Kurt retoma sus recuerdos de infancia y encuentra un camino para desarrollar su pintura. Allí vuelve a los momentos que marcaron su vida y en su propuesta mezcla hechos que involucran los atropellos de la guerra, las pérdidas familiares, las memorias de su tía Elizabeth y la relación con su suegro, el médico Seeband. Kurt, sin embargo, no tiene conciencia de cuales fueron los sucesos que unieron a estos personajes; solo los espectadores podemos reconstruir los hilos. Para Kurt la única certeza es que le dejaron una profunda huella, “todo lo verdadero es hermoso”.

Una película larga (3 horas y 10 minutos) pero con bellísimas imágenes plagadas de colores y de nuevas propuestas, como homenaje a las distintas manifestaciones del arte. Diálogos profundos sobre el significado del arte y una defensa de la libertad para crear porque como lo decía Beuys “solo en el arte la libertad no es una ilusión”.

Enlace para ver la película

https://pelisplustv.live/ver-pelicula/werk-ohne-autor-never-look-away-2018-latino-13/

Del director. Florian Henkel Von Donnersmarck (nacido en 1973), es un director de cine y guionista alemán. Conocido por la película “la vida de los otros”, ganadora en 2006 del Oscar a mejor película de habla no inglesa. Otras de sus películas “el turista”, “obra sin autor”.