lunes, 19 de agosto de 2019

BEAUTIFUL BOY (Siempre serás mi hijo)




Director: Félix Van Groeningen
Año: 2018
País: Estados Unidos
Protagonistas: Timothée Chalamet, Steve Carell, Maura Tierney, Amy Ryan 

Esta película es ante todo el recorrido de un joven por el camino de la drogadicción, realizada con especial sensibilidad y tacto. En ella se hacen visibles tres aspectos: La adicción a la cual pueden conducir los medicamentos convencionales, la afectación del círculo familiar debido al problema de las drogas y las etapas por las cuales atraviesa un adicto, incluidas las dificultades para superar tal condición. 

Muchos filmes giran alrededor del tema en cuestión; en esta película en particular, se rescata el tratamiento que el director da a las situaciones de conflicto, donde se evita caer en el melodrama o en escenas innecesarias de degradación. No por ello se obvian los límites a los cuales llega el protagonista en su enfermedad. 

En el centro de la trama está la relación del padre, David, y del hijo, Nic, quienes viven juntos desde la separación de sus padres. Con el segundo matrimonio de David se forma un nuevo hogar, el cual se amplía con la llegada de dos hijos concebidos en la nueva relación. 

Mediante flashbacks, que nos remiten a la infancia de Nic, se nos muestran varias situaciones: la buena comunicación que éste tiene con su padre (quien impulsa y apoya sus inquietudes), el entorno familiar y el afecto de sus hermanos, la relación con la esposa de su padre, quien lo ha cuidado como un hijo propio. Padre e hijo construyen una relación de complicidad en la que se sienten fortalecidos. Este énfasis en los espacios que ambos comparten no es gratuito, pues nos invita a reflexionar sobre la drogadicción, la cual no siempre es producto de relaciones familiares disfuncionales.

El camino hacia el abismo de Nic se inicia a partir de medicamentos formulados por su médico, después de sufrir un accidente, lo que le crea adicción y lo conduce al consumo de drogas más fuertes. El mensaje sobre cómo los opiáceos han arrastrado al vicio a muchos pacientes es contundente. En Estados Unidos, donde la película tiene lugar, existe en la actualidad un problema de salud pública, producto, entre otros, de los efectos que trajeron estas medicinas. Compañías como Purdue Pharma, han sido demandadas a causa de la información que ocultaron respecto a los efectos secundarios de una droga como el Oxicontin, formulada para calmar el dolor. *

La impotencia de la familia para afrontar el problema de adicción de Nic va creciendo, y éste entra en una espiral de degeneración. El abandono de los propósitos del joven, quien deja de lado la universidad y sus inquietudes de escritor, la desidia para hacer algo distinto a drogarse, las mentiras a las cuales recurre para hacer creer que todo marcha bien y los robos que efectúa en su propia casa para sostener el vicio, hacen parte de ese tortuoso camino. 

Las desintoxicaciones a las cuales se somete Nic, por solicitud de su padre, nos dejan ver los engaños y las falsas expectativas que venden muchos centros de rehabilitación, aprovechando la angustia y la desesperación de quienes conviven con un drogadicto. Como bien se transmite al final de la cinta, las probabilidades de recuperación son mínimas y más aún, cuando el vicio se ha iniciado muy temprano. De allí, la impotencia que se evidencia en los estados más críticos de la enfermedad, cuando tanto el enfermo como su familia se sienten acorralados. No basta la buena voluntad para salir adelante. 

Los diálogos entre padre e hijo y los esfuerzos desplegados por el primero para que su hijo salga del hoyo profundo en el que ha caído, son lo mejor de la película. La actuación de Timothée Chalamet, como Nic es excelente. El joven promisorio, inteligente y sensible del inicio, contrasta con la persona ausente e indiferente en la cual termina convertido. Ya este actor había demostrado sus dotes interpretativas en la película "Llámame por tu nombre". 

Ver el proceso de crecimiento personal e intelectual de Nic, con quien logramos una conexión desde el inicio, y asistir luego a su derrumbe, sin que podamos entender muy bien las razones, transmite la angustia, el dolor y la impotencia tanto del protagonista como de su familia. Ese camino se realiza con tal realismo y sensibilidad que merece la pena transitarlo. 

Vale la pena por último destacar la banda musical de la película, con canciones que acompañan los diferentes momentos.

Del Director: Félix Van Groeningen, nació en 1977 en Bélgica. Otras de sus películas: "Alabama Monroe", "El círculo del amor se rompe" nominada al Óscar a mejor película extranjera, "Bélgica". 

*En el año 2017 Estados Unidos declara emergencia de salud pública por los temas de adicción. En el 2016 murieron más de 60.000 personas por sobredosis de opioides.

jueves, 1 de agosto de 2019

DOLOR Y GLORIA




Director y Guionista: Pedro Almodóvar
Año: 2019
País: España
Protagonistas: Antonio Banderas, Asier Etxeandia, Julieta Serrano, Asier Flores,   Penélope Cruz, Leonardo Sbaraglia.

Esta película, la más reciente del director español Pedro Almodóvar, refleja muchos aspectos de su vida personal los cuales habían sido abordados en otras de sus cintas y que constituyen una temática recurrente. Su madre, la homosexualidad, las vivencias de la infancia, la educación impartida por sacerdotes, su pasión por el cine y la escritura, son los temas presentes. 

El argumento gira en torno a un director de cine, Salvador Mallo, interpretado por Antonio Banderas, con amplio reconocimiento, pero quien desde hace varios años abandonó su trabajo y se ha alejado de sus seguidores. Con una vida solitaria, pasa gran parte de su tiempo encerrado en su apartamento de Madrid, concentrado en las dolencias físicas y mentales que lo aquejan y que, según él, le impiden continuar con su oficio. 

Esta vez Almodóvar tiene un tratamiento más íntimo y personal del tema y hace menos concesiones al espectador. No se preocupa en ser complaciente, y a diferencia de muchas de sus películas anteriores, donde despliega ese humor tan propio, en esta ahonda en aspectos importantes para él, y no necesariamente para sus espectadores. 

En ese sentido, la película no desarrolla una línea argumental, sino que trae recuerdos aislados de la vida de Salvador, recurriendo a diferentes herramientas cinematográficas. Mediante monólogos representados en una obra de teatro donde reflexiona sobre su amor de juventud y sobre la adicción a las drogas; a través de flash back que muestran la relación que tuvo con su madre días antes de que ella muriera; o, devolviéndose a los recuerdos de su niñez mediante varias puestas en escena. 

Esos fragmentos, a los cuales vuelve durante toda la película, terminan siendo muy irregulares. Por ejemplo, el monólogo sobre el amante que tuvo Salvador en su juventud y la incidencia que sobre la relación tuvo la heroína, está muy bien actuado por quien interpreta el papel de Alberto Crespo. Resulta atractivo su contenido y atrapa la atención al punto de hacernos sentir frente al escenario. De la misma manera, son llamativos los diálogos del director con su madre, vieja y enferma, los cuales resultan simpáticos, nostálgicos y auténticos. En estas escenas apreciamos un director más optimista y cercano al público.

En cambio, muchas de las referencias a la niñez, ambientadas en su pueblo natal, resultan impostadas, con actuaciones muy poco creíbles, incluyendo la de Penélope Cruz en el papel de la madre del director cuando éste era apenas un niño. Igualmente, aquella escena del reencuentro de Salvador con Alberto, el actor principal de la película "sabor” en la que ambos participaron, resulta demasiado larga. 

El espacio que se da en la cinta a las enfermedades que padece el protagonista resulta exagerado y de poco interés. Sobran escenas como la cita al médico o aquella de la operación a la cual fue sometido Salvador. 

De todos modos, siguen presentes aspectos que identifican el cine de Almodóvar y que son visualmente muy atractivos tales como los cuadros coloridos y en movimiento que introducen la película, o la decoración del apartamento del protagonista, rodeado de obras de arte. Se destaca igualmente la banda sonora de Alberto Iglesias, que incluye una remembranza de Chavela Vargas. 

Las actuaciones más destacadas resultan siendo la de los actores secundarios: Asier Etxeandia, como Alberto; Julieta Serrano en el papel de la madre de Salvador, en su vejez; Asier Flores quien interpreta a Salvador en su niñez.  Antonio Banderas luce sobrio y ponderado, alejado por fortuna de muchos de los papeles triviales que ha representado en otras proyecciones. Considero que su rol, sin embargo, no da para el premio que le fue otorgado como mejor actor en el festival de Cannes de 2019. 

En resumen, una película muy irregular, que no pretende contar una historia sino presentar fragmentos de vida los cuales fueron significativos para Salvador, alter ego de Pedro Almodóvar, y que, en las diferentes maneras de representarlos, resultan unos conmovedores y de gran interés y otros, definitivamente aburridos.




Dos películas sobre la niñez trans: “20.000 especies de abejas” y "Monster"

  El tema sobre la transexualidad ha sido tratado en muchas películas, algunas bastante reconocidas. Menciono por ejemplo a la Belga “Girl”,...