viernes, 6 de noviembre de 2020

LAS RAZONES DEL LOBO

(elegida para abrir la MIDBO- 2020 muestra internacional documental de Bogotá)

 

A mi profesora de apreciación cinematográfica, la brillante directora de este documental

 

Directora: Marta Hincapié Uribe

Año: 2020

País: Colombia

 

La propia voz de la directora de este documental, Marta Hincapié Uribe, nos hace un recuento de los hechos violentos de los últimos 50 años que han atravesado la historia de Colombia, pero que gracias a las bellísimas imágenes que sirven de respaldo a su narración, nos permiten conectar con lo sucedido mediante una mirada más reposada y asimilar tan convulsionados acontecimientos.

Toda la película transcurre en el interior del club campestre de Medellín, excepto al inicio, en unas tomas que se hacen a los vendedores ambulantes localizados en sus alrededores, por fuera de las rejas que rodean al club y en la escena con la cual finaliza la cinta. Esta mirada introspectiva resulta consistente con el sentimiento que Marta expresa desde el comienzo, sobre el miedo y la zozobra con las cuales vivió en esta ciudad y la seguridad que le daba el espacio cerrado y protegido del club.

La narración pausada y armoniosa nos va llevando por los hechos desatados como consecuencia de la pérdida de las elecciones por parte del general Rojas Pinilla, lo cual dió origen al movimiento guerrillero M-19; continúa con las acciones de horror causadas por las guerrillas de las FARC y el EPL; el surgimiento de los grupos paramilitares y sus masacres; el auge de la mafia y su declaración de guerra mediante bombas colocadas en las principales ciudades. Un panorama que visualiza el desasosiego y la ansiedad ante las constantes amenazas que desde muchos frentes han sometido a la población por décadas, y donde han sido insuficientes los intentos de varios presidentes por conseguir la paz.

Este complejo ambiente tuvo incidencia al interior de la familia Hincapié-Uribe, cuyos miembros vivían sus propias contradicciones. El padre, Guillermo Hincapié, militante del partido conservador, “un pueblerino sin complejos” como su hija lo define, llegó a ser alcalde de Medellín, y su madre, María Teresa Uribe, una intelectual de izquierda, profesora e investigadora, fue ampliamente reconocida a nivel nacional por sus aportes sobre la violencia en Colombia. En esos tiempos de turbulencia la familia enfrentó en carne propia situaciones difíciles: el secuestro de una tía de Marta por parte de la guerrilla, el asesinato de su primo Guillermo Gaviria, gobernador de Antioquia, cuando el ejército intentaba su rescate de manos de la guerrilla, así como el homicidio de profesores y líderes sociales de Medellín, compañeros de su madre, que la obligaron al exilio por temor a ser asesinada.

A través de una simbología muy sutil pero que reproduce aspectos de la sociedad paisa de la época, la cámara nos recrea con primeros planos como el de los caballos, muy apreciados por la mafia y emblema de su riqueza o el de una avioneta de aeromodelismo que sobrevuela una cancha de futbol, medios muy usados en su momento para transportar los cargamentos ilegales de coca. Otras tomas, que van a la par con el relato, reflejan el caos y el constreñimiento en el que vivían los habitantes de la ciudad, como la que hace referencia a la telaraña que enreda a su víctima o la de una comunidad de insectos, confundidos sobre la hierba. Se recurre igualmente a imágenes de archivo con representaciones del circo “Tangarife”, que actuaba dentro del club, incluyendo parodias en su reportorio como el cuento de Caperucita Roja, en el cual se trastoca el personaje de la niña con el del lobo y que da origen al nombre del documental. El club era una urna de cristal al interior de una ciudad agitada, muy cerca y al mismo tiempo ajeno a muchos de los problemas que afuera sucedían.

Varias son las anécdotas narradas a lo largo de la película, pero hay una en particular que define la relación entre los padres de la directora, dos personajes de pensamientos bien distintos, pero que convivieron en el respeto y la complicidad. Se refiere a un árbol de totumo sembrado frente a su casa, el cual los había acompañado por mucho tiempo, encontrándolo un día María Teresa desgarrado de raíz, lo que produjo su llanto. La reacción del padre fue volverlo a sembrar y sostenerlo con alambres de acero que permitiera su conservación y diera consuelo a su esposa para resarcir ese lamento.

La escena final, con la cual concluye el documental, hace una toma de María Teresa en su casa oyendo los resultados finales del plebiscito promovido por Juan Manuel Santos para pedir la ratificación del acuerdo de paz, y su enorme desilusión ante el triunfo del NO. Ello contrasta con los ruidos que se oyen afuera y que obedecen a la celebración en Medellín, con voladores y pólvora, por la misma razón.

Un documental sensible, con un libreto impecable, un sonido claro y unas imágenes hermosas y tranquilas para hablar de hechos muy dolorosos de la historia del país. Una película que nos demuestra que hay muchas formas de narrar, sin tener que recurrir al morbo de los muertos y de la sangre, aun para describir sucesos que han significado violencia, rabia y dolor.

Sobre la Directora. Marta Hincapié Uribe es abogada de la Universidad de Medellín. Comunicadora social periodista de la Universidad de Antioquia. Egresada del Centro de estudios cinematográficos de Cataluña en montaje y sonido cinematográfico. Documentalista independiente. Otros de sus documentales: La pena secreta, los demonios sueltos, cartas desde la niebla.
  

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