jueves, 18 de octubre de 2018

TEHRAN TABOO





Director: Ali Soozandeh
Año: 2017
País:  Austria
Protagonistas: Zahra Amir Ebrahimi, Elmira Rafizadeh, Arash Marandi, Jasmina Ali, Alireza Bayram, Adem Karaduman


El Irán actual visto con ojos de mujer es el tema que nos presenta esta película; mujeres que se resisten al estado de cosas existente y que crean lazos de solidaridad frente a un ambiente de menosprecio y opresión. Desde 1979 con el derrocamiento de la monarquía y la salida del Sha, se estableció en este país de Oriente medio “la República Islámica”, liderada por el líder Chiita Ayatola Jomeini. Con el nuevo sistema de gobierno que se instauró, las mujeres se convirtieron en ciudadanas de segunda clase: requieren la aprobación de su tutor para contraer matrimonio, el permiso de su esposo para viajar fuera del país, así como su visto bueno para acceder a trabajos laborales. La asistencia a ciertos eventos deportivos está restringida. De hecho, para efectos de cualquier reparación civil, el valor en que se tasa una mujer corresponde a la mitad del valor de un hombre.

Es en este contexto en el cual se desarrollan las 3 historias que nos presenta el Director, denunciando la situación de mujeres obligadas no solo a someterse a la autoridad de los hombres (olvidándose de sí mismas), sino también a soportar el maltrato y los oprobios de una sociedad que desconoce sus derechos. La película es también la radiografía de una Teherán llena de prejuicios y limitaciones, en donde reinan la hipocresía y la corrupción.

La historia central hace referencia a una mujer a quien su esposo preso niega el divorcio, acudiendo a la prostitución para sobrevivir y para mantener a su hijo mudo. El camino que emprende con los jueces para tratar de revertir su situación es tortuoso y lleno de obstáculos. Los jueces y los líderes espirituales, exigen comportamientos ejemplares que ellos no aplican y ponen freno a cualquier petición que provenga de una mujer. 

Otra es la historia de la joven profesional a quien su marido confina en su casa al cuidado de sus suegros y para que, igualmente, cumpla el papel de futura madre. Es infeliz porque su verdadero deseo es trabajar y no tener hijos, por ello cuando queda embarazada recurre al aborto clandestino y no en una, sino en tres ocasiones. 

La tercera historia es la de una mujer joven de provincia, recién llegada a la capital, y quien enfrentada a la pérdida de su virginidad (la cual iba a vender en Arabia), busca de manera desesperada que el joven con quien se acostó pueda financiarle una cirugía de reconstrucción del himen. 

El mundo aparente, lleno de reglas, restricciones y de exigencias es el de la superficie, el cual se confronta con un universo subterráneo, donde todo lo que es prohibido se hace posible gracias a la corrupción, al poder y al dinero.

Los hombres no tienen redención en esta cinta; ellos están representados en la hipocresía de los religiosos, el desprecio de los hombres casados hacia sus parejas y la búsqueda de mujeres por sexo pago, así como en el oportunismo de los jóvenes. Las mujeres por su parte, buscan refugio a su situación en las compañeras de género reclamando su solidaridad y acompañamiento, tan ausentes en sus vidas. 

Es interesante como logra el autor que las 3 historias se crucen; si bien en los ambientes convencionales las mujeres apenas si se hablan, su encuentro en el mundo encubierto las une y las fortalece, al compartir sus angustias y soledades. Una de las historias termina con ese deseo, el cual busca hacerse realidad, de conseguir "alas para volar". Una metáfora del sentimiento oculto de todas ellas. 

Una película muy recomendable para entender la infame situación de las mujeres en un país tan distante como Irán, pero sobretodo, para evidenciar las salidas que se construyen por parte de quienes se sienten arrinconados, cuando la represión pone freno a la libre expresión. Muy actual, además, si se consideran las luchas permanentes en los países occidentales por la equidad de género, donde se ha venido ganando terreno, en contraste con un país donde lo que se presenta es un retroceso.

Sobre la técnica. La película es rodada con la técnica de la rotoscopia que consiste en rodar con verdaderos actores, pero calcando e interviniendo los fotogramas, ello hace que se vea como una película animada, con muy bien ritmo y en la cual la crudeza de ciertas situaciones se perciba menos evidente.

Sobre el Director. Ali Soozandeh nació en Irán en 1970. En 1995 emigró a Alemania. Esta es su ópera prima. Otra creación suya es el documental, también en animación, "The green wave" (2010). 




jueves, 4 de octubre de 2018

EL INSULTO




Director: Ziad Doueiri
Año: 2017
País: Líbano
Protagonistas: Adel Karam, Kamel El Basha, Diamond Bou Abboud, Camille Salameh, Rita Hayek

Las heridas morales que causa una guerra tardan mucho en recuperarse pues quedan grabadas en la mente y en el corazón de quienes las padecieron. Esto es lo que quiere transmitir la película "el insulto", que toca no sólo el tema de los refugiados Palestinos sino también el de los refugiados internos, en este caso los del Líbano.

Un hecho circunstancial, el arreglo de las fachadas de una casa en un barrio del Líbano, crea un conflicto entre el constructor Palestino y el residente libanés, el cual empieza a crecer con la entrada de los abogados que los representan y quienes se vuelven voceros de sus respectivas comunidades.

Solo basta una chispa para encender los resentimientos guardados. De un lado, esta Yasser, el constructor, un Palestino que trabaja casi de manera clandestina. De otro lado, esta Toni, ciudadano libanés, defensor del tema nacionalista, quien siente que los Palestinos son intrusos y desplazan puestos de trabajo a sus connacionales. En las discusiones salen a relucir todos los estereotipos: el del palestino como "el que no pierde la oportunidad de tener una oportunidad", " los negros del mundo árabe", el del libanés como el opresor y el invasor. 

La disputa que no pueden resolver los dos hombres, pues uno no quiere pedir disculpas y el otro se resiste a aceptarlas, pasa a los estrados judiciales y cada uno empieza a ser respaldado por prestantes abogados que convierten el tema en un asunto político, con el propósito de hacer visible o bien la causa Palestina o bien las guerras internas del Líbano, pues sienten que quieren ser escondidas. Las posiciones, bien argumentadas, ponen en evidencia que, al margen de la situación puntual, ambos hombres son víctimas del conflicto y del desplazamiento.

El alegato de los abogados deja ver que aquellos países que han padecido violencias y donde las heridas no se han curado, entre otras cosas porque no se ha dicho la verdad, dejan mucho resentimiento y dolor en sus víctimas. Ellas esperan que se les reconozca el daño y que se les pida perdón. Además, como también se plantea en la cinta, conflictos tan visibles como el Palestino, no dejan ver otras violencias al interior de los países, que también produjeron traumas igualmente graves. "Nadie tiene el monopolio del sufrimiento", como dice uno de los abogados. 

Las guerras del Líbano están en el trasfondo del argumento; un país que ganó su independencia en 1943 y que enfrentó una guerra civil entre 1975 y 1990, entre las comunidades cristiana y musulmana. Las matanzas fueron por lo tanto, significativas en ambos bandos (palestinas en Karantina y Za'atar; cristianas en Darmour) así como los choques entre fuerzas israelíes y milicias libanesas. 

Los personajes de Yasser, Toni y los dos abogados, padre e hija, tienen una magnífica representación. Los dos primeros esperan un resarcimiento personal, mediante un reconocimiento del error y una disculpa y aparecen un poco desconcertados cuando todo empieza a tomar otro rumbo. Los abogados, porque genuinamente defienden la causa de unos pueblos que tuvieron desplazamientos forzados o padecieron masacres como la de Darmour, y pretenden que se revele la verdad y se evite que esas situaciones se repitan. "La guerra terminó, pero no tuvimos una reconciliación".

En el fondo, lo que aspiran las personas comunes y corrientes como Yasser y como Toni, de facciones distintas, es poder trabajar y vivir en paz con sus familias para disfrutar de las cosas simples. Nada más, tampoco nada menos. ¿Pero quién no?

Sobre el Director. Ziad Doueiri nació en el Líbano (1963). Estudió cinematografía en Estados Unidos, fue primer ayudante de cámara de Quentin Tarantino. Fue educado en una familia de izquierdas pro-palestina. El insulto es su cuarta película, las otras son “West Beirut”, “El atentado” y “Lila dice”. 


Dos películas sobre la niñez trans: “20.000 especies de abejas” y "Monster"

  El tema sobre la transexualidad ha sido tratado en muchas películas, algunas bastante reconocidas. Menciono por ejemplo a la Belga “Girl”,...