martes, 19 de diciembre de 2017

LOVING VINCENT


Directores: Dorota Kobiela, Hugh Welchman
Año: 2017
País: Polonia, Reino Unido
Protagonistas: Douglas Booth, Jerome Flynn, Helen McCrory, Saoirse Ronan, Aidan Turner, Eleanor Tomlinson, Cris O´Dowd

Esta película, ampliamente promocionada, pues fue realizada a partir de fotogramas pintados a mano, por un equipo de más de 100 artistas, quienes simularon los trazos el colorido y los personajes de las pinturas de Vincent Van Gogh, resulta inferior al trabajo que supuso y en esa medida es decepcionante.

De manera positiva hay que rescatar que los colores, los rasgos de los personajes y las pinceladas, son fieles a la obra realizada por este artista del postimpresionismo y un acertado reflejo de sus cuadros. La cinta se desarrolla en escenas a color, para marcar los acontecimientos que ocurrieron los días posteriores a la muerte del pintor holandés, y en blanco y negro, mediante un flash back sobre su vida.

Esta admiración por la magnitud y la precisión del trabajo realizado, se va desvaneciendo a medida que transcurre la cinta, en especial, por la pobreza de su guión. El argumento gira en torno a la muerte de Vincent, y a la inquietud que se siembra sobre si la causa de su muerte fue un suicidio o un asesinato. Esta hipótesis, sobre la cual gira la película, se había planteado en una biografía escrita por Steven Naifeh y Gregory White Smith, en el año 2001.

Van Gogh pintó más de 900 cuadros, en un periodo de 9 años, pues su oficio lo inició a los 28 años, después de haber probado infructuosamente convertirse en pastor protestante, al igual que su padre y de haber trabajado en una galería. Su vida estuvo marcada por la pobreza, la soledad y la depresión.

Los personajes que empiezan a desfilar en la cinta, son los protagonistas de las pinturas que hizo Van Gogh en los años que vivió en Arles y en Auvers, y presentan sus testimonios y especulaciones sobre las decisiones que pudieron llevar a su muerte. Aparece Roulin, el cartero, encargado de entregar la correspondencia que Vincent escribió prolíficamente a su hermano Theo; su hijo, Armand Roulin, quien en la película se encarga de llevar el hilo conductor; la hija del posadero donde murió el pintor; el Dr. Gachet, su médico y amigo; la esposa de éste y su hija Margarita; algunos de los personajes del pueblo.

Así mismo, aparecen los cuadros de mayor colorido de Van Gogh, que sirven de escenario para la trama: El sembrador a la puesta del sol, la noche estrellada, campo de trigo con cuervos, el café de Arlés, el dormitorio en Arlés, campo de trigo con cipreses. Todo ello, impecable desde el punto de vista de la técnica pictórica, pero que resulta repetitivo frente a un argumento que se agota desde sus inicios.

Un esfuerzo de tantas personas que participaron en la construcción de esta cinta, sin duda innovadora si tenemos en cuenta que fue grabada con actores reales y luego pintada cuadro a cuadro, merecía un mejor resultado. La sensación que queda, es que el afán de difundir y hacer pedagogía sobre la obra de un artista como Van Gogh, que sin duda lo merece, no se tradujo en un producto integral que permitiera acercarse a la vida del artista. Tal vez, hubiera resultado mejor un cortometraje como se planteó en un principio por parte de la directora.

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