viernes, 7 de junio de 2019

LA CASA DE JACK




Director: Lars Von Trier
Año: 2018
País: Dinamarca
Protagonistas: Matt Dillon, Bruno Granz, Uma Thurman

No hay término medio ni indiferencia para los espectadores de esta película, la última de Lars Von Trier, genera gusto o aborrecimiento. Dentro del estilo de filmografía del Director, la casa de Jack está repleta de excesos, pero también de belleza. Como el mismo lo manifestó en una entrevista "Si no cometemos errores o provocaciones o algo que vaya más allá, las cosas se detendrán". 

La cinta tiene dos secciones, la primera, más cruda y en momentos molesta, está concentrada en 5 crímenes. La segunda, más filosófica y artística, en el camino al infierno que Jack recorre con Verge, la voz de la conciencia o del juez, con quien mantiene un diálogo durante toda la película. 

Jack, un ingeniero, con trastorno obsesivo compulsivo, se convierte en un asesino en serie. Su frialdad y apatía fueron evidentes desde su niñez y matar se ha vuelto una adicción para él. Cinco episodios nos muestran el afán del criminal por garantizar la pulcritud de los asesinatos, la búsqueda de la estética a través de las fotografías a los cadáveres y el afán de trascender del "señor sofisticación", como el mismo asesino se hace llamar. 

El perfil de este sociópata está bien definido como el ser solitario, compulsivo con el orden, indiferente con el mundo que le rodea, que no manifiesta ningún remordimiento por sus actos. A diferencia de las series o películas sobre las mentes criminales, Jack no parece moverse por un trauma ni sus actos responden a un propósito. El mata por el solo placer de hacerlo. Es precisamente este aspecto alrededor del cual gravitan las digresiones que el director nos quiere mostrar. 

"Cuando acabo de cometer un asesinato me siento fuerte y contento, después viene el dolor y el dolor es más grande que el placer. Finalmente, el dolor es tan insoportablemente intenso que tengo que actuar”. Jack justifica su actuar criminal como un arte "el arte es más vasto de lo que pensamos". Verge, insiste en que "sin amor no hay arte". Jack contra-replica "si la glorificación podía degradar un trabajo, por qué la destrucción y la demolición no pueden hacer lo mismo y crear arte”. "Un artista debe ser cínico y no preocuparse por el bienestar de los humanos o de los dioses en el arte". 

Los asesinatos se muestran de manera bastante explícita y provocadora con el espectador.  El director parece burlarse para que haya una reacción, así sea con fastidio. Las mujeres son protagonistas en los crímenes de Jack. Una mujer que lo reta y exaspera; una viuda que se deja tentar por el aumento que podría tener la pensión que dejó su marido, la ingenuidad de una madre quien no es capaz de proteger a sus dos hijos; el exceso de confianza y la ligereza para las relaciones; la liviandad y la falta de propósito de su novia. Detrás de todos ellos, Jack manifiesta ese odio hacia las mujeres y justifica sus acciones por el proceder de estas.  "Por qué siempre es culpa del hombre?...Si uno fue tan desafortunado de haber nacido varón, entonces también has nacido culpable". 

La película ambienta el recuento que Jack hace a Verge de los crímenes, con referentes pictóricos de grandes artistas, con las imágenes del pianista Glen Gould en plena práctica de su oficio, con iconos de grandes obras arquitectónicas y así mismo con personajes de la historia reciente mundial. Con una muestra trepidante de grandes manifestaciones del hombre, artísticas, pero también de horror, el Director parece insinuar que matar es otra expresión humana más. La categoría de las imágenes y la combinación con el relato y las acciones de Jack son de una gran riqueza visual. 

En la segunda parte, Verge y Jack recorren el camino al infierno de Dante, por un túnel oscuro que desemboca en un hoyo de fuego profundo. El recorrido es impactante porque logra ambientar un final lleno de alegorías, recuerdos, y el hueco en el que finalmente cae Jack, es el epílogo de una vida sin sustancia, envuelta en la soledad y el vacío de su existencia. 

La referencias y variedad de temas de la película difícilmente se pueden abordar en su totalidad. Uno de sus méritos es el contraste entre la belleza de un arte universal a través de la pintura, la arquitectura, y la música frente a un arte que se justifica con la oscuridad y la destrucción. 

Sobre Matt Dillon, el protagonista, recae la fuerza de la película y desempeña un gran papel. Bruno Ganz, como la conciencia, merece toda la credibilidad. 

Del Director: Lars Von Trier es director, guionista danés. Nació en 1956. Estableció las reglas del manifiesto Dogma 95. Otras de sus películas son: "Melancolía", "Anticristo", "Dogville", "Contra viento y marea", "Bailarina en la oscuridad", "Europa". 



2 comentarios:

  1. La reseña es extraordinaria por la complejidad de la película y los extremos que se presentan entre el placer y el dolor. Tal como lo plantearon, entre otros, S. Freud y el Márquez de Sade:En el limite extremo del placer empieza el dolor.En este caso es más complejo aún, pues en un crimen está además la amenaza del castigo, en medio de las contradicciones del alma del acto mismo del asesinato. Excelente el enfoque mismo del análisis crítico. Muchas gracias por este regalo tan interesante. Jorge Bustamante.

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